"Uno más que nos regala Dios" por Belkis Cima

 

   Una mañana al levantarme me desayuné con la noticia que mami, esa señora que viajaba a diario en colectivo para cuidar a sus nietas y que de regreso a su casa amasaba unos pancitos de chicharrón para su hijo, esa misma que en su cartera podía traer desde una pava hasta una cebolla para la salsa por si en casa no tenía, se había convertido en rehén del cruel paso del tiempo.

   No entendí cómo había sucedido, si siempre estuve a su lado, si fue una noche o habían sido varias noches y no lo supe ver o mejor dicho, no lo quise ver.

   La primera reacción vino con el enojo, ese que no ayuda demasiado, al contrario entorpece las relaciones, todo se vuelve más áspero y se demora mucho más en comprender y aceptar.

   Con el paso de los días sus pasitos se hicieron lentos y los cabellos poquitos y claritos. Sus días no son todos iguales, algunos llenos de colores otros grises al fin.

   Los años traicioneros y caprichosos nos llenan de achaques y dibujan arruguitas en la piel pero no lograrán borrar lo que con amor se guardó en el  corazón.

   Poco a poco mi visión de hija se fue adaptando a la nueva realidad, mi mamá no es la misma y eso es verdad, como también es verdad que siempre nos vamos amar.

   En sus manos chiquitas y duritas encuentro las mías, que hoy se las presto para lo que aquellas ya no pueden hacer, de mi brazo se prende cuando salimos a caminar y se ríe cuando le digo que vamos al infinito y más allá.

   Dicen que hay un día de las madres, para mí cada vez que la veo es su día, uno más que nos regala Dios para verme en sus ojos y disfrutar de su voz.

Comentarios

Sonia Zoja dijo…
Qué bello amiga!!! Disfrutala!!! Y seguí siendo la hija adorable que sos!!!! Bendiciones para ambas!!!?
Impecable amiga, cuánto amor!!!
Anónimo dijo…
Que hermoso cuento. Uno de los más bonitos que leí. Sentía lo mismo cada vez que la veía. Y hoy con los años recuerdos todos sus aromas con tanto amor. Felicitaciones amiga sos una genia 💚
Anónimo dijo…
Me emocioné mucho Bel ...hermoso
Anónimo dijo…
Muy lindo relato. Sin dudas las madres son nuestros pilares fundamentales. No tuve la posibilidad de ver envejecer a la mía y cuidarla. Pero pude disfrutar todos los años que compartimos día a día en el trabajo, viajes, paseos. Todo. Agradecida por eso. Felicitaciones!!!

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