"Leer a nuestros niños..." por Belkis Cima


   A diario nuestros niños nos hablan a través de sus gestos, miradas, acciones,  berrinches. En los pequeños llegan a ser explosivos y en los no tan pequeños pasan cubiertos por profundos y peligrosos silencios.

    No vale si son grandes o si son chicos, vale que son niños y nos necesitan como ese apoyo seguro, presente e incondicional a toda hora.

        En la actualidad muchos padres debemos trabajar  demasiado tiempo fuera de casa y cuando volvemos seguimos en la burbuja personal.

       Los niños deambulan por la casa recibiendo, en la mayoría de las veces, una pantalla como respuesta a sus inquietudes y / o necesidades del momento.

      Vivimos con ellos, muchas veces no convivimos (entiéndase en el amplio concepto de la palabra) por estar inmersos en una sintonía diferente, individualista.

      Adultos y niños cada vez más distanciados, no por el espacio físico, sino por la ausencia de diálogo, escucha, falta intereses en común y otras cuestiones que distraen de lo verdaderamente importante.

     ¿Qué nos ha sucedido? Intentamos o creemos ser más avanzados y retrocedimos en humanidad. Los valores se guardaron y los sentimientos se endurecieron.

     Nos jactamos de ser empáticos. ¿Con quién?  Los que requieren de nuestra empatía están muy próximos, no los vemos y no la reciben, simplemente porque los adultos no cabemos en el mundo de los niños.

     Los padres de hoy, aquellos niños que no jugaron lo suficiente y con prisa quisieron sentirse y hacer cosas de adultos sin llegar a serlo, se encontraron un día criando a sus hijos.

     Los hijos creciendo al cuidado de padres, abuelos, niñeras, guarderías, hermanos y aquí me detengo. Los hermanos no son padres y en muchos casos tampoco son tan grandes sino que también son niños. Por qué dejarles tamaña responsabilidad, que no eligieron y que no están en condiciones de llevar a cabo, son hijos y también niños.

    Adultos, aquí estamos todos involucrados, padres, familiares, docentes, autoridades, somos responsables de nuestros niños, de sus vidas, crecimiento y desarrollo. Tenemos la obligación de estar alertas, el peligro ronda alrededor de nuestros niños, nuestros pequeños y no tan pequeños, que son valiosos y vulnerables.

    Intentemos  leer a nuestros niños que sin pedir piden aquellas miradas, escuchas, mimos, presencia, tiempo y hasta límites.

    Somos los adultos referentes, sus garantías, somos modelos constantes y nos van a imitar. No los privemos de nuestra presencia, aún cuando están sentados  jugando con el “celu” a nuestro lado. Estamos obligados a escuchar, atender y observar, no podemos dejar que las cosas nos pasen como brisa sin dejar  una huella por la cual no volver a transitar.

     Acompañémoslos a descubrir el mundo, no dejemos que el mundo los descubra solos  y desprotegidos, son nuestros niños.  

Belkis Cima

Comentarios

Holaa..me pareció exelente, me hizo reflexionar y prestar atención preocuparme en observar que hacen..y que dejan de hacer.gracias por hacernos ver...porque miramos pero muchas veces no vemos.
Analia dijo…
Te felicito por la profundidad y a la vez la simpleza
Sonia Zoja dijo…
Qué buena reflexión!!! La escucha, la atención y el tiempo son necesarios siempre, en la niñez y en cualquier etapa de la vida de nuestros hijos.
Felicitaciones!!!!

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