"Así crecimos" - por Belkis Cima
En los veranos de mi infancia se jugaba mucho , que digo mucho, muchísimo. El día resultaba corto y con los chicos del barrio continuábamos por las noches con una mancha, la escondida o cruzando lana de vereda a vereda, a veces algún auto paraba y nosotros desmayados de la risa atrás del tapial.
¡Los días de carnaval se multiplicaban! Eran 3 x 9 y se jugaba todo febrero. Con el bombero loco (Ver ilustración), los pomos (ex detergente DEA) y los globitos de agua, nos la pasábamos toda la tarde empapados usando las canillas de los vecinos que a veces se sumaban con un baldazo frío.
Las clases comenzaban la segunda quincena de marzo, día lunes.
Otra vez el portafolio de cuero negro salía a pista. Me acompañó de 1º a 7º y no tenía rueditas ni lentejuelas.
Las carpetas se renovaban con papel plastificado y los más creativos las cubrían con forros de tela y ya estaban listas para estrenar el nuevo ciclo lectivo.
Al guardapolvo de los actos se lo usaba toda la primera semana. Después aparecían los de uso diario con las marcas de los ruedos pasados.
En mi pueblo era así y todos asistíamos a la única escuela donde la magia nos envolvía. Todo sucedía en la escuela, disfrutábamos de cada jornada y como dice la canción : "teníamos un millón de amigos".
Entre las paredes de esa querida escuela se cultivaron amistades, algunas conservo desde mi preescolar y una pila de recuerdos que en cada encuentro evocamos con una sonrisa.
Así crecimos, sin mochila con carrito y con cartuchera de un solo cierre que guardaba muy bien las pinturitas y la lapicera de cartucho.
Vivimos una infancia con poca tecnología sabiendo que los libros no muerden y que de ellos mucho se aprende, que el mata burros es el diccionario (así lo llamaban) y que deberíamos consultar más a menudo.
No se necesitan útiles caros para ir a la escuela, con lo bueno que quedó de otros años y algo que se pueda reutilizar la mochila se puede armar.
Eso sí, no se olviden de colocar en la mochila una bolsa grande para que los niños guarden en ella toda la magia que en la escuela aún se vive.
Belkis Cima
Comentarios
¿Quién tuvo bombero loco? ¿De qué color era el tuyo?